miércoles, 29 de diciembre de 2010

La anarquía de la imaginación. Rainer Werner Fassbinder

Así que no estamos ni siquiera cerca de la libertad. No seremos libres si no admitimos la destrucción igual que aceptamos que ese sistema solar signifique nuestro letargo. Si esto ha ocurrido es porque el individuo no sabe que es finito. No me refiero a ningún saber intelectual sino a la certeza corporal, en todo lo que uno hace. La posibilidad de entenderlo se le niega durante mucho tiempo, la experiencia corporal se hace mucho más tarde. Si el individuo pudiera tener lo antes posible la certeza corporal de tener que morir, evitaría sus sufrimientos existenciales: el odio, la envidia, los celos. Ya no tendría miedo. Nuestras relaciones mutuas son juegos crueles porque no reconocemos nuestro final como algo real.

3 comentarios:

  1. A menudo he pensado lo contrario: que el no ser consciente de tener que morir te hace más libre y te permite vivir sin miedo (hasta que se acerque el final). Porque mira que he intentado tener consciencia de ello y eso no me ha ayudado.

    El amor y la muerte son el eje de todo lo demás.

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  2. Yo no entiendo bien lo que dice, pero quiero liberarme del odio, de la envidia y de los celos, entre otras cosas... intentare leerlo hasta entenderlo mejor, y poder llevarlo a la práctica.

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  3. La experiencia más cercana a la muerte que he tenido resultó ser una epifanía para mí.
    Justo antes de que el coche se estrellara contra un guardarrail y este me salvara de caer por un barranco lo único que sentí fue una tranquilidad tremenda, un "bueno, pues hasta aquí he llegado". Se lo debo a un trabajo anterior con la idea de mi propia muerte.
    Saber la muerte, ponerte en paz con esa idea, ayuda.

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